Mijaíl Timoféyevich Kaláshnikov, siendo militar, combatió en
la Segunda Guerra Mundial contra la Alemania nazi, en la cual fue herido por un
disparo en la Batalla de Bryansk.
En 1943 Kaláshnikov creó un fusil que empleaba el cartucho
7,62 x 39, pero su prototipo no fue elegido para servir al ejército ruso; se
dice que tuvo que rediseñarlo adquiriendo conocimientos del estudio del fusil
alemán Sturmgewehr 44, aunque sus mecanismos son muy distintos. Por este
motivo, algunos autores opinan que muchas armas modernas, como el M16 y el
propio AK-47 han recogido del Sturmgewehr 44 muchas soluciones técnicas, y
deben a este modelo su existencia. Este hecho está discutido, pues todos los
sistemas empleados en el Sturmgewehr 44 (cargadores curvos, fabricación en
chapa estampada, sistema de acerrojamiento por rodillos semirrigidos, culata
plegable etc.), ya existían en diversas armas anteriores. Otras características
fueron recogidas del Sturmgewehr 45, que los alemanes desarrollaron en el último
año de la guerra (1945) para disminuir el precio de coste del modelo 44 del año
anterior y aumentar el ritmo de producción.
Al poco tiempo de su creación, el AK-47 se convirtió en el
arma más popular entre los militantes guerrilleros de ideología marxista, y en
el arma principal de los ejércitos de los países firmantes del Pacto de
Varsovia. Gracias a que los materiales y la construcción de la AK-47 son de
bajo costo, se ha convertido en el arma más numerosa del planeta. Se calcula
que existen entre 35 y 50 millones de fusiles de este tipo, sin contar los que
se fabrican ilegalmente cada año. Es producida por 18 países, Estos son:
Albania, China, Bulgaria, la extinta Alemania Oriental, Hungría, Egipto, Irak,
India, Irán, Marruecos, Finlandia, Corea del Norte, Vietnam, Yugoslavia
(actualmente Serbia), Pakistán, Polonia y Rumanía, y de manera privada para uso
deportivo y de colección, por empresas en EE. UU..1
El AK-47 se sigue usando en conflictos armados de segundo
rango y por multitud de grupos rebeldes y terroristas.